Errores.
El destino me la jugó dos veces,
el liquido me quemó las entrañas
y fracasé en la segunda.
Ante el abismo de tus ojos,
los míos no toleraban
el solo arrojarse al vacío
Como iban a tolerar
tus vaivenes,
tus controles,
tu saber hacer.
Para recordarme
que poco es lo que hago
y erro la mayoría de los casos.
Dime tu lo que todos me repiten,
lo que pienso durante la cordillera
que recorre cada segundo.
Dímelo,
recuerdame lo lejos que siempre has estado
y que las veces que te acercaste
las hiciste errando.
Foto: Auschwitz.
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